Los patios, la arquitectura blanca de la casa, los muros de piedra volcánica labrados a mano, evocan a las construcciones tradicionales de la isla de Lanzarote y también a la arquitectura de las Islas Canarias. Uniendo la arquitectura tradicional y conceptos más contemporáneos, el resultado es un edificio de formas orgánicas el cual se fusiona con el paisaje rural y volcánico del norte de la isla.

En la creación de este alojamiento, desde el comienzo se proyectó como un establecimiento dedicado al alquiler vacacional, que pudiera funcionar como una única casa o como dos alojamientos totalmente independientes preservando siempre la privacidad de cada espacio. Con un leve cambio, al cerrar o abrir unas puertas cambia sus dimensiones y se transforma en única villa o en dos, pero siempre preservando la exclusividad y encanto de cada espacio

Cuando se pone el sol llega uno de los momentos más bellos del día, el jardín se ilumina, la piscina se transforma en una gran lámpara y la estudiada iluminación transforma todos los espacios, la belleza de la sombra adquiere toda su importancia.